martes, 27 de octubre de 2009

Hay que ser muy hijo de p...

Primero de todo, os quiero pedir disculpas por el título de esta entrada, pero es lo que me sale de dentro cuando leo que un guardia civil de tráfico de Galicia utilizó para gastos propios una tarjeta de crédito de un fallecido en un accidente de circulación. Y no lo hizo una sola vez (cosa que ya me parece de lo más ruín) sino que llegó a pasar la tarjeta del fallecido hasta 68 veces. 68!!! Y encima, nuestro 'amigo' firmaba con el nombre del fallecido.


Sigue sin entrarme en la cabeza que una persona que atiende a otros congéneres en esos momentos tan delicados, y de tanta carga emocional, sea capaz de coger la cartera de un cadáver y quitarle sus pertenencias. ¿Pero dónde está la dignidad humana? Ahora, la justicia (ciega, como siempre) le ha condenado a una multa (se libra de la cárcel), además de obligarle a devolver el dinero que se gastó en nombre de la víctima del accidente. Muy poco castigo para una persona que sin pudor alguno robó a un muerto.